Las fiestas del pueblo de mi abuela siempre me habían parecido un rollazo impresionante: abueletes bailando canciones de la edad de hielo, niños correteando y molestando al personal, perros que ladran por culpa de la música... Mis padres las adoran y no se las pierden por nada del mundo, pero yo ¡no las soportaba! Es que nunca iba nadie de mi edad y esas noches, todos mis amigos aprovechaban para irse a la disco. ¡Pero a mi me tocaba ir a las malditas fiestas! Aunque el año pasado, todo cambio...

 
   Resulta que la comision de fiestas del año pasado dicidio que ya estaba bien de músicas pasadas de moda y movidas del siglo pasado, por lo que decidieron que, después del baile para la gente mayor, contratarían una disco movil para que la gente joven también fuera a la fiesta. Mis amigos estaban encantados con la idea, porque así se ahorraban pagar la entrada de la disco y la musca iba a ser la misma. Mis padres fijo que me dejarían ir, porque como era en la plaza del pueblo, ¿qué me iba a pasar? Pero lo mejor de todo sería que, por primera vez, podría salir de noche con Carlos, el chico que me gustaba desde siempre. Él sabia que me gustaba, bueno, al menos yo creía que él lo sabía, pero nunca se lo había dicho. Cada verano que pasaba en el pueblo, lo veia enrollarse con un monton de chicas, porque tenía muchisimo exito con las chicas. Conmigo se llevaba genial, pero de tener algo mas, ni ablar. Además, lo veia muy dificil, porque el vive en el pueblo y yo sólo voy durante las vacaciones, por lo que tener algo hubiera sido casi imposible. O eso pensaba yo, porque como os he dicho antes, el verano pasado todo dio un giro inesperado y no solo la musica de la fiesta del pueblo...
 
   La primera noche de las fiestas me puse la ropa mas mona que tenía en el armario y quede con la peña al lado del rio. Estuvimos charlando y jugando a la botella hasta la hora de la disco movil. ¡Carlos estaba tan mono! Nos pasamos la noche bailando como locos las canciones del verano y la última hora la dedicaron a poner canciones lentas. ¿Y a que no sabeis quien me sacó a bailar? ¡¡¡Carlos!!! Él me iba diciendo cosas graciosas al oído mientras bailábamos y yo me partida de la risa. Hasta que un momento se quedó callado, se puso serio y me dijo: <<Tienes una sonrisa tan bonita...>>. Los dos nos quedamos callados y mirandonos a los ojjos. NUestras cabezas empezaron a juntarse, cerré los oojos y... ¡¡¡nos besamos!!! Pasamos todas las fiestas del pueblo enrollados, besandonos durante la última hora de musica bajo la luz de la luna. Las fiestas, que duraban una semana, se acabaron y la peña y yo volvimos a hacer lo mismo de siempre: quedar para ir a tomar algo en la bolera del pueblo o sentarnos en la plaza para ablar. Lo malo era que Carlos me trataba como antes de las fiestas: como a una amiga. ¿Qué pasaba? ¿No había significado nada para el o qué? No tarde demasiado en averiguarlo, ya qu unos dias despues de las fiestas, llego al pueblo Vanessa, una chica tope pija que tenia una casa allí y que solía venir los veranos. Vino a vernos a la plaza y, como yo no la conocía, Carlos se encargo de presentarnos así: <<Ésta es Elsa, mi rollo de las fiestas<<. ¿¿¿Quéééééé??? ¿¿Su qué?? Me levante del banco y me di el piro de alli con un rebote que lo flipas.
 
   No apareci por la plaza en todo el verano y me entere a traveés de una de mis amigas que Carlos se había liado con esa tal Vanessa. Me quedé hecha polvo y me sentí como si me hubiesen tomado el pelo. Por prmera vez en mi vida, tuve ganas de irme del pueblo y volver a casa. Al fin llegó el final de las vacas y empece a ir a clase. ¡Me vendría genial para olvidar a Carlos! Pero entonces, empece a encontrarmelo en el messenger y empezo a escribirme privados. Al principio no le hice mucho caso, pero despues de un mes, me mando un mail diciendome que sentia lo que me había hecho y que no quería perderme como amiga. ¡Pero es que yo no queria ser solo su amiga! Aunque yo no sabia que conn un poquito de paciencia, podria convertirme en algo mas... Seguimos escribiéndonos en el messenger y poco a poco nos fuimos haciendo amigos, pero amigos de verdad. Nos lo contábamos todo y yo esperaba a llegar a casa despues de clase para contarle todo lo que me habia pasado durante el dia. Hasta que un dia me dijo algo que me dejó alucinada: ¡¡que me queria!! Yo le conteste que tambien le queria, pero le confese que no me gustaba nada ese rollo que llevaba de enrollarse con las chicas y luego dejarlas tiradas. Entonces, él me dijo que me queria tanto que estaba dispuesto a cambiar por mi. Quedamos en que este verano el y yo seriamos pareja de verdad. Me muero por que llege el meds de julio para ir al pueblo, porque se que el me estara esperando y que solo querra bailar conmigo en las fiestas del pueblo. ¡Ya os contare!

 
Hoy habia 5 visitantes (7 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis